Premio al Mejor Relato de la Memoria
A la gringuita pobre la fueron a inscribir en la primavera de 1923. Aprendió a coser, se casó con un señor de apellido raro, tuvo hijos, una casa linda y una máquina Singer. Nunca conoció a su papá. La gringuita pobre tiene nietos de pelo negro. El tiempo cambió su fecha de nacimiento, la leña por pellet, la hechura por manufactura. Su mamá la fue a inscribir a los cinco años: padre desconocido. Los tiempos cambian. Mi ropa la cosen en Bangladesh. Mi abuela duerme en brazos de su madre. Los desconocidos siguen sin existir.
Daniela Senn Jiménez, 37 años, Temuco.
Ilustración: Gustavo Zepeda Maldonado