LA ÑAÑA

Mención Honrosa

Nadie conocía su historia, solo que vivía en el campo, junto a su huerta, unas gallinas y un par de ovejas. Vestía siempre su primaveral delantal y le colgaban por la espalda unas largas trenzas grises con olor a harina recién tostada. Las grietas de sus manos incesantes estaban teñidas por trabajar la tierra. Visitaba a menudo el centro, esperando que sus hortalizas se fueran antes de que se la lleven a ella.

Rebeca Trarupil González, 30 años
Nueva Imperial.

Ilustración: @katobrush.