Primer Lugar
Lo último que escuchó fue el golpe seco y ardiente, como aguijón. Antes fue el silbido de la bala y antes de eso su propia voz: «peñi, agáchese, están disparando». Antes de eso el motor del tractor y antes fueron voces hablando por radio y el vuelo de un helicóptero. Después del golpe, silencio. Ahora, a lo lejos, escucha el crujir del fogón y la voz de su abuela materna, su chuchu, que canta como cuando era niño.
María Cecilia García Monge, 57 años
Villarrica.
Ilustración: Karin Pipa.